Fotografía con Impresora 3D

En este artículo tratamos como combinar la impresión 3D con la fotografía para entender qué imprimir.

Introducción

Siempre he dicho que tener una Impresora 3D es tener un «meta hobby», un hobby que además de ser entretenido, sirve de apoyo a otras aficiones e inquietudes personales.

Cuando tienes una cámara de fotos realmente te dedicas a la fotografía y las cosas adyacentes a esta: objetivos, programas de edición y algunas técnicas experimentales.

Sin embargo, teniendo una impresora 3D es diferente, realmente no tienes un objetivo especifico más allá de crear objetos, pero sin estar sujetos a un solo tipo, no creas objetos relacionados con la impresión si no con el resto de tus inquietudes y hobbies.

Puedes crear piezas para coches por ejemplo, o juguetes, accesorios cotidianos como un soporte de teléfono, un llavero.

Sirve para todo, pero principalmente será un apoyo en la vida diaria.

Entonces hoy juntamos nuestro meta-hobby con un hobby, vamos a juntar la impresión 3D con la fotografía, veremos que podemos hacer cosas interesantes de todo tipo que nos faciliten la vida, mejoren nuestros resultados y que incluso nos permitirán ahorrar mucho dinero.

¿Por qué Fotografía?

Sucede algo interesante cuando nos adentramos en el nicho de la fotografía, como todo aquello de caracter artístico es subjetivo. Esto implica que tenemos accesorios de muchos tipos y pequeñas tiradas de cada uno.

Esto quiere decir que en mercado de accesorios nuevos está lleno de cientos de opciones de personalización a un precio alto.

No hace falta llegar al extremo de buscar objetivos para una cámara donde podemos ver este ejemplo con Lomography, incluso las cosas más simples son en baja tirada:

Por ejemplo, el hecho de que una empuñadura para una cámara (demasiado) compacta tenga un precio de tres cifras es una simple cuestión de oferta y demanda, al ser productos de nicho la producción es baja y esta para ser rentabilizada necesita un gran margen de beneficio.

Es completamente normal y realmente no hay nada reseñable que criticar, es el problema de los métodos de manufactura convencionales.

Para sacar a producción un producto se necesita hacer una tirada de varias unidades y tenerlas almacenadas hasta ser vendidas, contando que al final puedas vender todas para obtener una plusvalía.

¿No hay otro método?

Claro que sí lo hay, todo esto cambia con la impresión 3D.

Una impresora 3D te permite fabricar bajo demanda, una vez has creado un diseño puedes imprimirlo tantas veces como quieras con un coste de material ínfimo.

En este sentido nos aporta muchísimas ventajas, tanto a nivel de negocio, con la posibilidad de no necesitar tener inventario como a nivel personal, podemos diseñar lo que necesitemos y obtenerlo en el día.

Además, vamos a comprobar en este artículo como no solo podemos imprimir accesorios, también arreglar cámaras antiguas y obtener piezas descatalogadas.

Reparación de cámaras vintage

Cámara vintage reparada con una impresora 3D.

A muchísima gente, yo incluído, nos gusta utilizar cámaras antiguas de carrete, son baratas y se pueden obtener resultados muy interesantes de todo tipo:

Fotografías «lomo» con una estética visual de juguete, carretes de medio formato, ópticas descatalogadas y todo tipo de formulaciones de carretes que aportan resultados únicos.

Por supuesto hay cámaras para todos los gustos, SLR ochenteras de Zenit, compactas como las primeras Ricoh Gr, Polaroid 600 de la época…

Pero todas comparten el mismo problema que ningún dueño quiere reconocer.

Tienen plásticos con 40 años de antigüedad, años de uso, exposición al sol y la humedad hacen estragos, y aunque en ocasiones parecen nuevos, en pocos usos se parten.

Esto me pasó a mí poco antes de comprar mi primera impresora 3D, había comprado en una tienda de segunda mano una Konica C35 que aparentaba estar en perfecto estado por muy poco dinero.

¡Imagínate!

Compro un par de carretes y me voy de viaje, y saco fotos, en cuanto termino mi primer carrete le quito el seguro, saco la manivela para rebobinar y esta se parte.

Adios fotografías, adios cámara.

Por azar del destino y una estética bonita guardé esta cámara en una estantería, y al poco de comprar mi primera impresora, una Ender 3 pude repararla.

De esta forma y gracias a una impresora 3D pasé de tener un pisapapeles a tener nuevamente una cámara funcional.

Esto me ha pasado con muchos modelos a lo largo del tiempo, el paso de los años no perdona ningún plástico, ni de coches ni de cámaras.

Utilizando FreeCAD esto se puede resolver de manera muy simple, ya que normalmente estos plásticos suelen ser muy sencillos y orientados al diseño funcional.

Adaptadores para objetivos

Si hay algo que puede llegar a ser un fastidio en la fotografía es que toda compañía tiene su propio sistema de monturas, y además varían por época.

Canon con su sistema EF, Nikon con montura F y ahora Z, cámaras sovieticas con sistemas M42…

Nada más comprar tu primera cámara de objetivos intercambiables estás firmando un pacto con tu sangre, y no lo sabes.

Cuando compré mi primera cámara, una Nikon de la serie D, firmé dicho pacto, y a día de hoy casi todos mis objetivos son de montura F y casi todas mis reflex (digitales y analógicas) son Nikon.

¿Por qué? Por compatibilidad, al final acabas aceptando pertenecer a un ecosistema determinado por el fabricante.

Pero lo cierto es que se venden adaptadores de todo tipo para poder escapar del ecosistema de serie y utilizar otras lentes.

Esto tiene sentido para poder utilizar ópticas especiales, o poder aprovechar ciertas gangas e incluso estándares y materiales de fabricación que no se utilizan hoy.

Respecto a los adaptadores, los más populares son los de aro, que solamente permiten montar el objetivo pero no tienen ninguna correción óptica, por lo que tienen sus limitaciones.

No obstante, son relativamente baratos y nos permiten utilizar una gran cantidad de objetivos, con especial interés a los M42.

La montura M42 intentó ser un estándar que a día de hoy ha fracasado, pero fue adoptado por cámaras Alemanas (Leica) y Soviéticas por partes iguales durante los años del comunismo.

Esto nos permite obtener objetivos de calidad a muy buen precio, ya que la Unión Soviética fabricaba a gran escala ya que permitía tener cámaras a sus ciudadanos sin coste, simplemente se cogían en cualquier centro cultural. Ideologías políticas a parte, esto es un chollo para nosotros a día de hoy.

He llegado a encontrar ópticas soviéticas de 55mm con un f/2.8 por menos de 40€ en eBay, mientras que ese mismo equivalente en monturas nativas puede valer 5 veces más.

Pese a que son baratos, el hecho de habitualmente necesitar varios, e incluso si te gustan las cámaras vintage probablemente tengas varias monturas distintas, hace que su coste de compra sea elevado.

Aprovechando esto, podemos utilizar nuestra Impresora 3D para fabricar nuestros propios adaptadores con un coste una vez más ínfimo.

En mi caso, la impresión 3D me ha ahorrado ya más de 100€ en adaptadores, haciendo que prácticamente se financie sola.

Adaptador de Canon EF a M42 – Thingiverse

Adaptador de Nikon F a M42 – Thingiverse

Accesorios hechos con Impresora 3d

A un nivel mucho más generalista podemos encontrar todo tipo de pequeñas impresiones que podemos hacer, a diferencia de una reparación o un adaptador, estas no influirán en la calidad de las fotos, pero la impresora 3d seguirá ahorrándonos dinero.

Un claro ejemplo de esto son los cubrepolvos o tapas de objetivos y sensor de la cámara.

No son demasiado caros como tal, realmente vas a necesitar cuatro o cinco como mucho.

Pero el hecho de que gracias a la manufactura aditiva tengamos posibilidad de disponer de ellos prácticamente al momento quita una preocupación que es perder estas tapas y que entre suciedad que luego es dificil de sacar.

Tapa para objetivo Nikon F – Thingiverse

Tapa para cuerpo Nikon F – Thingiverse

Algo parecido pasa con las piezas para cubrir la zapata del flash:

Sigue sin ser caro, vas a perderlas, no quieres esperar días o semanas.

Cubierta de Flash – Thingiverse

Conclusión

La clave de este artículo, e incluso de la forma de pensar que te quiero inculcar con él, es el concepto de meta-hobby.

Tener una impresora 3D es un hobby que sirve de apoyo a otros hobbies.

Si tu hobby es la electrónica, usarás la impresora para crear cosas relacionadas con esta, por ejemplo, si haces un pedal de efectos para una guitarra, la carcasa será impresa en 3d.

Si son los coches, puedes tomar inspiración de las piezas que he diseñado yo, como ventilaciones o pomos de marchas.

O si es el sim racing, con tu impresora 3d puedes hacer adaptadores para poner un volante real, cambiar los pedales y pomo de marchas entre otras cosas.

Respecto a la fotografía dejo muchas cosas sobre el tintero, como por ejemplo la creación (o reciclado) de objetivos utilizando ópticas de cámaras desechables, o la creación de empuñaduras propias, algo que se ponía de ejemplo al inicio del artículo.

La creatividad, y en algunos casos la necesidad será el punto clave para entender qué desarrollar.

¿Qué te hace falta hoy? Saca la impresora 3d y hazlo.

En este caso, con cosas sencillas, que podemos encontrar en Thingiverse u otras páginas de modelos 3D podemos ahorrar muchísimo dinero y simplificarnos la vida.

,

1 comment

Comments are closed.